Los gatos suelen ser considerados grandes mascotas de compañía, dispuestas a dar cariño y acompañar a sus amos día a día. Sin embargo, no todos estos felinos son tan amigables como se creería, ya que en la provincia de Chubut se encontró un grupo de gatos domésticos que prefieren vivir alejados de los seres humanos.
Se trata de una población de felinos que habita en la Isla Tova, situada en el sur de Chubut (al norte del golfo San Jorge, cerca de la localidad de Camarones), que se alimenta de la fauna que encuentra a su alrededor sin necesidad de estar en contacto con seres humanos, según lo explicado por el equipo de científicos del Instituto Patagónico para el estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC-CONICET) y del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET).
Para estudiar el comportamiento de estos animales, los expertos colocaron cámaras trampa a lo largo de la isla para «poder ver las áreas en que se distribuyen, en qué momentos están activos y en cuáles no, y ver si hay alguna captura de interacción con los pingüinos o con otras especies», explicó Georgina Squartini, licenciada en Ciencias Biológicas.
Pero sus métodos para estudiar a esta población de felinos no se agotan en la utilización de cámaras espías, sino también en el análisis de su materia fecal. Este análisis fue lo que impulsó a los investigadores a estudiar la relación con los pingüinos, ya que encontraron en sus fecas restos de estas aves, especialmente las plumas, aunque creen que no los cazan, sino que se alimentan de sus cadáveres.
Gatos esquivos
La licenciada en Ciencias Biológicas que estudia el comportamiento de los felinos aislados en la Isla Tova comentó: “En el trabajo de campo que tuve la posibilidad de hacer, noté que son bastante esquivos, se los ve en la isla, pero no es un animal que esté acostumbrado a ver a una persona caminando por ahí”.
Sin embargo, estudiar su comportamiento no el único fin de esta investigación, ya que también buscan analizar el impacto de la presencia de los gatos sobre el entorno nativo, sobre todo en la colonia de pingüinos de Magallanes.
“La idea es poder terminar de analizar las muestras que quedan, combinarlas con los datos de las cámaras trampa y, si fuera posible, obtener datos de isótopos estables, que es una técnica para obtener datos complementarios de dieta junto con conteos de la colonia de pingüinos. Una vez que tengamos todo eso, la intención es poder integrarla y determinar los hábitos tróficos de esta especie introducida”, finalizó Squartini. (Fuente: Conicet /Diario26.com)