Este miércoles, el cuerpo del papa Francisco fue trasladado desde la capilla de la residencia Casa Santa Marta hasta la basílica de San Pedro, en una solemne procesión encabezada por el camarlengo Kevin Joseph Farrell, cardenal responsable de coordinar los preparativos para el funeral y el futuro cónclave.

El cortejo avanzó por la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomártires Romanos, atravesando el Arco de las Campanas antes de ingresar a la plaza de San Pedro y entrar en la basílica por su puerta principal.


El féretro del pontífice fue colocado en el altar de la confesión, ubicado frente al altar mayor y sobre la tumba de San Pedro, el primer papa. En ese lugar sagrado, los cardenales presentes se acercaron de a pares para rendir homenaje y presentar sus respetos.



Miles de fieles aguardaban desde temprano en la plaza de San Pedro, a la espera de la apertura al público. Desde las 11:00, hora local del Vaticano, los visitantes comenzaron a desfilar ante los restos del papa Francisco.
Fiel a su decisión de simplificar los rituales papales, Francisco dispuso que su cuerpo descansara en un ataúd de madera abierto, eliminando la antigua práctica de los tres ataúdes —de ciprés, plomo y roble— que marcaban los funerales pontificios tradicionales.